Cada medicamento, tratamiento o producto médico que hemos utilizado—desde analgésicos simples hasta terapias avanzadas que salvan vidas—ha pasado por ensayos clínicos antes de llegar a nosotros. Estos estudios son fundamentales en el proceso de desarrollo de fármacos, ya que garantizan que los nuevos tratamientos sean seguros, eficaces y estén listos para su uso público.